Para ellas. Para mí. Para nosotros.
Mil besos, mil perdones,
Mil sueños, mil rincones;
¿Cómo pedirles mil disculpas
A mis mil hijas ya huídas?
Tras mil penas y mil cachetazos,
Ya no se encuentran en mis brazos,
¿Adónde se han ido todas
Mis niñas bellas y amorosas?
Melissa, chica de las flores,
Mezcla de arenas y calores:
¡Cántame del romance una vez más,
Y así yo te dejo la vida en paz!
Danilda, mi reinita consentida,
Dominicana, sonriente, prendida:
¡Envuélveme en tu arquitectura ébana
Que me mate la imaginación insensata!
Luanna, mitad del alma mía,
La que quedó en tierra bendita:
¡Permíteme que sienta tu ternura;
En cambio, te doy la buenaventura!
Aldina, muchacha guapita tejana,
Antes más cerca y ahora más lejana:
¡Piérdeme lo más pronto que puedas;
Aún te sigo pensando por mientras!
Grita la sangre, aún ardiente;
Pica la pasión, aún incesante;
¡Ya, por fin, que me libre el triste clamor:
Sobrevíveme, querida, sin mi amor!